Llegaremos hasta donde nos lleve la imaginación.

domingo, 30 de enero de 2011

...Quiero que me cantes siempre...

Estoy sumergida en un declive ascendente, cuyo camino rocoso provoca tropiezos, no sólo en mis pies. Muy cuesta arriba, demasiado quizá.

Deseo encontrarte al otro lado de la ladera, que nos encontremos a tiempo, en el punto exacto y más álgido. Quitarte la carga de tu espalda, de tus piernas: suave y lentamente, porque ya no tengo prisa. Que tu ropa parezca que baile mientras  se desliza sobre tu piel despojada.

Que me regales una sonrisa longeva de amor, para curar este deseo insaciable de quererte a escondidas... Y  en la penumbra hundirnos como cuerpos vencidos. Amanecer contigo y a ser posible desnudas.  Que seas lo primero que vean mis ojos, lo primero que roce mi piel y que la luz, esa maldita luz nos difunda ese momento como eterno.

Y así, comprometerme con tu saliva, vestirme con tu olor; que se quede impregnado en mí para siempre. Deseo tu cabeza erguida sobre mis hombros, enzarzarme como yedra en tu cuerpo, que tus susurros y gemidos se vuelvan canciones en mis oídos, y que me cantes…

…que me cantes siempre.

Que esa canción sea nuestra sinfonía, vetada. Que sólo sea nuestra; que quede entre tú y yo.
Llenar el pentagrama de notas semicorcheas. Que poco a poco se vuelvan semifusas…
Que no queden espacios en blanco y seamos dignas de esa canción.


Que el jazz de tus sonidos se queden perpetuos en el saxo/sexo / y en toda la noche sin dormir.



Besos, abrazos y que os canten mucho.
Lola, Lolita, Lola.

La niña Lola, necesita una Jazz Session...




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